miércoles, 7 de julio de 2010

Introducción a la poesía


PUNTO Y A PARTE, (1966-1990). Miguel d´Ors, La Veleta, Granada 1992, págs. 221.

Las antologías suelen suscitar, generalmente, desacuerdos y protestas, pero no deberías ser así cuando la selección ha estado prevista por el mismo autor. Después del Premio Nacional de la Crítica con Curso Superior de Ignorancia y el Ciudad de Guadaira con La Música Extremada, Miguel d´Ors ha decidido poner punto y a parte a su producción poética en esta antología en la que el lector podrá encontrar además algunas poesías de la edición privada que hiciera con Cajón de Sastre (...) y un conjunto de poemillas dedicados a pintores, inéditos hasta ahora.

D´Ors ha sido para muchos -no menos para mí- un modo de iniciarse en la poesía porque al llegar a su obra uno se da cuenta de que eso que la gente llama poesía, esa rara actividad que se cree sólo accesible a los iluminados, a los atormentados por la musa, no es en realidad tan lejana a la sencillez, o que incluso puede llegar a ser amable o comprensible. El encuentro con la poesía de d´Ors suele tener esa característica de hacerse comprender por todos, aún sin conocimientos filológicos o desconociendo tradiciones, lo cual es más que un mérito en estos días en que la poesía se ha encerrado en el conciliábulo de los expertos en letras o los enajenados.

Se añade a la antología un epílogo que describe la filiación biográfica y la relación de sus poesías con la lectura de otros autores. Declara d´Ors que después de tantos años se reconoce un autor notablemente variado. Si tuviera que resumir uno de los atractivos de sus temas, uno que lo hace especialmente cercano al lector, es aquel que se deriva de uno de sus versos, que la poesía "es una forma de no ser feliz". Recuerdo una entrevista publicada en Ciudadela (Diciembre de 1989) que respondía por la evidente tristeza de muchos de sus versos: "Afortunadamente para mí, decía, Miguel d´Ors es un hombre normal, con sus ratos de felicidad y melancolía. Lo único es que sólo, o casi sólo, ésta me provova los poemas que escribo. Y la parquedad de mi producción lírica revela que en realidad debo pasármelo bastante bien ¿No?". Me sorprendió la llaneza de su respuesta porque efectivamente la melancolía recorre toda su producción obrando como una terapia para el lector. Tema e inspiración se hacen una en la melancolía, identificada con la lluvia, con la soledad o con el lunes. Las Largas tardes grises meditando la lluvia / en la ventana de la soledad son la materia de la que surgieron esos versos que nos hace solidarios en el fracaso y que le hacen tan humano: Y ahora que contemplo mi vida / y me vienen ganas de darle una limosna. La contemplación de su vida tiene en muchas ocasiones la forma de la infancia, la verdadera patria de los hombres, y no decae en la larga trayectoria, en una especie de nostalgia tejida en blanco y negro.

Miguel d´Ors ha sufrido la silenciación del stabishment que hoy se reparte los favores de las letras por motivos extraliterarios. No hace falta rendirle justicia porque eso ha constituido ya ese placer divino de sentirse / detestado por toda la canalla, la llave al silencio de la inspiración y a la libertad. La cuestión política puede formar parte del mundo de la rima pero su censura o aceptación debería juzgarse sólo desde su calidad estética. La poesía es también instrumento de ironía y d´Ors la ha utilizado para mofarse de los que han querido favorecerse de los vientos de la República para hacer de la literartura un corral de letras oficial o ideológico, exclusivista. El poeta ya se despidió del cotarro explícitamente y se ganó la simpatía de todos -derechas e izquierdas- los que aprecian el ritmo de las palabras por su propia dignidad.

Quien quiera aprender a leer poesía, quien, harto de las bienolientes camarillas de poestas uniformados por sinrazones de Estado, desee acercarse a una voz auténtica que combine clasicismo y vanguardia. asómese a esta antología: encontarará lírica, ironía y entretenimiento, encontrará una gramática obligada a cantar de cosas sencillas, encontrará, en fin, un poco de poesía, que a todos buenas falta nos hace.

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